Si el solo aroma de la carne asada te hace sonreír, este artículo es para ti. Porque no hay placer más simple y sabroso que una buena carne al fuego, jugosa, dorada y con ese sabor ahumado que enamora desde el primer bocado.
Una pasión que se vive al fuego
La carne asada no es solo un plato: es un ritual. Es reunirse con amigos o familia, prender el carbón, sazonar la carne con cariño y disfrutar de cada minuto mientras se cocina lentamente sobre las brasas. Desde un corte grueso de res hasta costillas o entraña, todo sabe mejor cuando se asa con paciencia.
El secreto está en el punto perfecto
Para que una carne asada sea inolvidable, el punto de cocción es clave:
- Jugosa (a término medio) para quienes aman lo tierno y sabroso.
- Bien cocida, para los que disfrutan de cada mordida firme.
Y, por supuesto, un buen marinado o sazonado: sal, pimienta, ajo, limón, chimichurri o simplemente al natural, dejando que el sabor de la carne brille por sí solo.