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Instrucciones:
1. Preparar la mezcla base:
En una cacerola a fuego bajo, derrite el queso crema, la mantequilla y la leche, removiendo hasta obtener una mezcla suave. Retira del fuego y deja enfriar un poco.
2. Incorpora las yemas:
Agrega las yemas de huevo una a una, mezclando bien. Añade la vainilla, luego tamiza la harina y la maicena sobre la mezcla. Revuelve hasta obtener una masa homogénea.
3. Batir las claras a punto de nieve:
En otro recipiente, bate las claras con la pizca de sal y el jugo de limón. Cuando empiecen a espumar, agrega el azúcar poco a poco hasta que se formen picos firmes (merengue).
4. Unir ambas mezclas:
Incorpora el merengue a la mezcla de queso crema en tres partes, usando movimientos envolventes para mantener el aire en la masa.
5. Hornear al baño María:
Vierte la mezcla en un molde desmontable forrado con papel para hornear. Coloca el molde dentro de otro recipiente más grande con agua caliente (baño María). Hornea a 150 °C (300 °F) durante 60-70 minutos, o hasta que al insertar un palillo, salga limpio.
6. Enfriar lentamente:
Apaga el horno, deja la puerta entreabierta y permite que el pastel se enfríe dentro del horno para evitar que se hunda por el cambio brusco de temperatura.
Consejos:
- Usa un molde bien sellado para evitar que entre agua durante el baño María.
- Para un toque cítrico, puedes añadir ralladura de limón a la mezcla.
- Espolvorea con azúcar glas al servir o acompaña con frutas frescas.
Este pastel es ideal para celebraciones o como un capricho dulce y ligero. Su suavidad y sabor delicado lo convierten en una joya de la repostería japonesa. ¡Anímate a prepararlo y sorprende a todos!